No Vacancy, Um y Emechiche, el renacer de los cabeciblancos
Por Pablo Gamba
Los cortometrajes No Vacancy (Colombia, 2024), de Miguel Rodrick; Um (Francia, 2025), de Nieto, y Emechiche, el renacer de los cabeciblancos (Colombia-Argentina, 2025), de Juan Camilo González, son parte de la competencia nacional de animación de Bogoshorts. Son películas cuyo nivel evidencia el desarrollo de este tipo de cine entre los realizadores de ese país.
Rodrick está radicado Oakland, en los Estados Unidos, y con No Vacancy recibió un premio en el Festival de Cine Latino de Los Ángeles que lo clasificó para el Oscar de 2026. Estuvo en Anifilm, en la República Checa; en Animest, en Rumania, y en Bitbang, en Buenos Aires, entre otros festivales.
Se trata de una película basada en uno de los recursos más emblemáticos de la animación, las metamorfosis ‒aquí digitales‒ como correlato de la subjetividad de un característico “narrador americano” en voice over. Pone esto en tensión la claridad del relato hollywoodense con imágenes que lo desbordan en el flujo de los pensamientos a los que mueve un trauma revelado al final. Algo análogo ocurre con la geometría de los planos, que radicaliza las angulaciones extravagantes del estilo neonoir del corto, y más hondamente incluso con la desestabilización del espacio y el tiempo por la subjetividad.
Gráficamente, identificaría como una referencia clave Syd Mead, el diseñador conceptual de Tron (1982) e imaginador del futuro en Blade Runner (1982) y Blade Runner 2049 (2017). Pero hay una tensión entre la impresión de neón colorido del mundo nocturno en que se desarrolla la historia, y la manera como fluyen los recuerdos, descomponiendo y haciendo estallar las imágenes de ese mundo. En la narración hay algo parecido por lo que respecta a la inestabilidad de las metamorfosis frente a su anclaje en elementos visualmente reconocibles de la vida cotidiana, por ejemplo los tragos que bebe el protagonista en un bar y que son un pretexto para la deriva por su ebriedad. Algo parecido ocurre con el motel en cuya recepción trabaja.
Hemos escrito antes sobre Nieto en Los Experimentos, una nota sobre la pieza Voix-tonnerre (Francia-Colombia, 2023), que se estrenó en Bogoshorts y se puede ver en Youtube. Entre los trabajos de este artista multidisciplinario colombiano radicado en Francia está la colaboración con el compositor Marco Suárez-Cifuentes, también de Colombia, en la ópera Reveló, de la que en Voix-tonnerre adaptó un fragmento del segundo acto. En este corto participa el mítico actor Denis Lavant. Es un film que desestabiliza la relación del actor y el personaje mítico de fantasía que interpreta con un espacio real reconocible mediante la imagen esférica y la animación digital.
Hay un despliegue mucho más sorprendente y espectacular de la animación en Um, lo que se asocia a la colaboración en esta pieza del artista japonés Daichi Mori, al que Nieto ha contribuido a difundir fuera de su país. Mori, hasta donde pude saber, está influenciado por la narración gráfica del manga, lo que abre el corto a un imaginario más libre que el neonoir de No Vacancy, tanto que la participación de una narradora es necesaria aquí, no por convención del genero sino por la dificultad de entender sin su ayuda la historia que se relata.
La pieza es una continuación de Swallow the Universe (Francia, 2021), realizada también por Nieto y Mori. Volvemos a encontrar aquí personajes animales ‒la invención de un mito sobre la relación de los seres humanos y los pájaros‒ y los motivos de los dientes y la digestión, por ejemplo, pero con una diferencia significativa en el desplazamiento de la principal referencia del manga al animé, lo que hace que Um funcione mejor como cine que el corto anterior. La desestabilización del espacio y el tiempo, y la heterogeneidad gráfica, que va de referencias al dibujo hasta lo identificable como digital, son otras características del estilo, en el que identifico influencias como el Satoshi Kon de Paprika (2006), en su capacidad de llenar el encuadre con figuras, así como de Hayao Miyazaki o Isao Takahata, en la imaginación de los animales.
La fuente japonesa llama la atención, finalmente, sobre ese aspecto de la identidad latinoamericana que es el cosmopolitismo. Me refiero a la capacidad de hacer nuestras influencias extranjeras que incluso pueden parecer exóticas, como el animé, de canibalizarlas e incorporarlas así a nuestra imaginación.
Emechiche, el renacer de los cabeciblancos está precedido por cuatro películas en la filmografía del director Juan Camilo González en IMDb. Se incluyen entre ellas el largometraje La montaña del silencio (Colombia, 2014) y otro corto de animación, Zapatos y la mágica aventura de su creación (Colombia-Argentina, 2019), codiridigo por el también colombiano Cho Jim San.
Pasamos en Emechiche de la contemporaneidad de las películas anteriores a una animación y narración tradicionales. Este corto, que también se estrena en Bogoshorts, se presenta como un típico film de stop motion con muñecos, con un mensaje ecologista sobre los cabeciblancos, una especie de mono tití en peligro de extinción en Colombia. La narrativa didáctica para niños se basa en el lugar común de la humanización de los animales, que integran una familia.
Lo que la distingue es el uso de la cámara estenopeica en la fotografía. Las imágenes en blanco y negro refieren así a un tiempo en que la selva donde viven los titís cabeciblancos mantenía su estado natural. Es una época mítica sugerida también por la representación del bosque con un aspecto que recuerda el cine clásico, a lo que se añade un uso de la música orquestal no siempre acertado en su desborde. La “vieja” técnica del stop motion es coherente con eso, así como con el aspecto de ancianos de estos monos.
Es por estos logros que también es Emechiche una pieza sobresaliente. En este caso, además, es resultado de un desarrollo de la animación en Colombia y con referencia a la realidad del país.


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