Matamortes y Resumo da ópera

 

Por Pablo Gamba 

En la apertura de Ecrã se estrenó Matamortes (Brasil, 2025), el primer largometraje de animación del artista Thiago Martins de Melo. También es parte del festival de cine y arte experimental Resumo da ópera (Brasil, 2025), de los colectivos teatrales No barraco da Constância tem! y Teatro Máquina, ópera prima en la codirección del artista de teatro y danza Honório Félix, y el realizador Breno de Lacerda, que se estrenó en la Mostra de Tiradentes. 

La obra de Martins de Melo es de un estilo neoexpresionista que en la plástica tiene como referencias a Anselm Kiefer y la tradición vanguardista del arte brasileño. Pero en Matamortes la animación me hace pensar en las historietas de Alberto Breccia y, sobre todo, la referiría a la novela sin palabras del expresionismo, a obras como 25 imágenes de la pasión de un hombre (25 images de la passion d’un homme, 1918), de Frans Masereel, no solo por la gráfica sino también la temática social combinada con la mística religiosa. Por la ausencia de diálogos, además, aunque el cineasta recurre a un narrador que se expresa en intertítulos. En la animación cine, una fuente remota sería Lotte Reiniger por la relación figura-fondo y el uso del color, aunque el trabajo de Thiago Martins de Melo no se basa en las siluetas ni su técnica es similar. 

En la historia que relata Matamortes encontramos la voluntad mitopoética de construir un relato liberador contemporáneo, basado en la reimaginación de motivos y símbolos ancestrales de las culturas afrobrasileña y de los pueblos originarios del territorio de ese país, de modo que se confronten con las versiones de los mitos que los poderes coloniales manipulan para sustentar su hegemonía. Es algo que también refiere a la tradición vanguardista del modernismo brasileño, pero sobre todo, en la actualidad, al pensamiento decolonial en boga en los círculos académicos progresistas latinoamericanos. 

Por lo que respecta a la tradición del pensamiento nacional y latinoamericano sobre el cine, en Matamortes encuentro una continuidad de la búsqueda de la “antirrazón revolucionaria” que defiende Glauber Rocha en Eztetyka do sonho, del interés por hallarla en la antihistoria de la rebeldía de estos pueblos frente a la razón de los poderes coloniales, lo que incluye una crítica de la razón política de tradición europea que ha seguido la izquierda revolucionaria en América Latina. Se trata de imaginar alternativas al fracaso de los intentos de cambiar la sociedad por la política a la que mueve esa razón y de responder a los motivos profundos por los que el pueblo se rebela o no, y son determinantes en la manera como se ha expresado históricamente su rebeldía.


Esta búsqueda de lo popular tiene otras premisa aquí en la urbanización de las culturas en resistencia por la migración del pueblo a las ciudades. El conflicto concreto es por encontrar un espacio allí para existir, por el derecho a la vivienda, y en este contexto lo ancestral se conjuga con la modernidad del punk, el animé y las guitarras del rock, así como las molotov y los fusiles. 

Lo más notable de Matamortes es cómo el cineasta y guionista precipita esto hacia una antirrazón radical, desbordando en particular el tópico modernista de la antropofagia por lo tocante a hacer propio lo moderno foráneo. Aquí el canibalismo mantiene su oscura violencia y la heroína, participante de una lucha callejera que se explica en el contexto de la razón política, atraviesa experiencias de transformación en su viaje místico-político que despliegan una simbología ancestral opaca para la razón criolla. El estilo gráfico desafía también lo racional por la manera como hace patente la materialidad de la imagen en tensión con el sentido, y su atención a lo borroso y lo caótico en los detalles, lo que no es posible definir con palabras ni conceptos, y que por eso mismo escapa, igualmente, de las redes del pensamiento que se cuestiona. 

Pero es sobre una tensión no resuelta entre lo ancestral y lo moderno que se afirma Matamortes. La radicalidad de su disidencia no deja de conjugarse en ella con los poderes comunicacionales establecidos del animé y la música popular de alcance masivo, por ejemplo, y la espectacularización mediática de la lucha. Lo más agudo de esta tensión se halla en el intento de enfrentar, con la tradición rebelde, la lógica de la resignación que domina en las historias postapocalípticas de la actualidad, ya que las apropiaciones modernas inscriben a Matamortes en ese género de la ficción, por la dificultad de imaginar un futuro superador del capitalismo con referencia a lo ancestral. Más allá de eso, es una película valiosa por los logros que consigue en la creación de su poesía mítica, y en la belleza de su estilo ancestral y neoexpresionista.


En Resumo da ópera tampoco estamos de vuelta a la vieja y buena claridad de la lucha de clases. Pero hay, en cambio, una recuperación de los poderes subversivos característicamente modernos de las vanguardias. Lo lúdico, el sinsentido, y un estilo que cuestiona las fronteras de las disciplinas artísticas y sus “lenguajes” ocupan aquí el lugar de foco de rebeldía latente que tiene la ancestralidad en Matamortes. La historia también se enmarca en una problemática colonial, en tanto se presenta como imposición de la civilización, la educación y el cultivo de las artes por conquistadores interplanetarios que llegan para tomar posesión pacíficamente de sus dominios. 

Hay un significativo correlato de la colonización ilustrada en el protagonismo que tiene en Resumo da ópera el teatro José de Alencar de Fortaleza, capital del estado de Ceará, en el Nordeste de Brasil. La película se filmó en este edificio, que se inauguró en plena belle époque, en 1910, y es una de esas obras de estilo art noveau que encontramos en diversos lugares de América Latina, cuya modernidad, propia del esplendor del capitalismo industrial, resalta el uso en la construcción de piezas de hierro importadas de Escocia. 

Llama la atención en este film la inteligencia de aprovechar este espacio para contextualizar el conflicto en torno a la propiedad y el trabajo. Encuentro en esto una aguda indagación en cómo la clase dominante enmascara su interés particular en una ilusión de progreso general, y en la posición en la que pueden encontrarse los artistas y otros trabajadores de la cultura al respecto.

Resumo da ópera es una obra de arte político provocador en medio de la que parece ser confusión ideológica y contra ella, pero sin aspirar a aclararla en la pantalla. No se desarrolla del modo como habitualmente se entiende la ficción cinematográfica sino como una de tantas películas brasileñas de la actualidad que trabajan con las técnicas del laboratorio teatral, lo que incluye el vestuario, la danza, la recitación y la música, por referencia al tipo de espectáculo del título. Se presenta, así, como una ópera experimental contemporánea, cuya puesta en escena impugna tanto el orden escenográfico como el arquitectónico con su desarrollo entre bastidores, en la platea, en el foso y el entorno exterior inmediato del edificio del teatro. De esta manera el cine pone en tensión aquí estas otras dos artes, la escénica y la arquitectónica. 


Es significativo que la crítica no deja de manifestarse a pesar de la confusión señalada. Lo dominante en Resumo de ópera es el cuestionamiento de la razón ilustrada, capitalista y colonialista por las vías del tartamudeo, los juegos de palabras y el sinsentido subversivo, en general. Otra “antirrazón” es la que encontramos aquí, con fuentes que podrían remontarse al dadaísmo, por ejemplo. No solo desarma los discursos de los que se presentan como nuevos amos cultos cosmopolitas, hablando español, francés, italiano e inglés, además de portugués, sino también los de la tradición de la izquierda revolucionaria. 

Claro que, por todo esto mismo, hay que decir que Resumo da ópera es una obra que no deja de parecer confusa en muchos aspectos de su tratamiento del tema. Pero de este modo llama la atención acerca de que los presupuestos sobre la conciencia pueden ser el error fatal de las políticas de liberación “racionales” que marchan hacia el fracaso o un éxito espantoso imaginando sujetos completamente fabulescos. Lo que el cine hace aquí es poner el foco provocadoramente en los problemas que están en juego cuando el pueblo está confundido y no se rebela cuando se supone que debería hacerlo, una inquietud que se remonta al cinema novo. Allí está el valor de esta película y en la recuperación del poder de hacernos trastabillar que tiene la vanguardia.

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