Hết

 

Por Pablo Gamba 

Hết (Italia, 2023) es un film por cuyo proyecto Santiago Torresagasti otuvo una mención del Premio Zavattini 2019-2020 del festival Unarchive de cine con metraje encontrado. Es un galardón que da acceso al material del Archivo Audiovisual del Movimiento Obrero y Democrático para la realización de una obra que, en el caso del cineasta argentino radicado en Italia, fue un corto sobre Ho Chi Minh, que vivió clandestinamente un tiempo en Milán. 

El nuevo cine latinoamericano produjo una obra maestra sobre el líder de la independencia de Vietnam de Francia, y de la guerra que culminó después de su muerte con la derrota de los Estados Unidos y la adhesión del país entero al campo socialista. Es 79 primaveras (Cuba, 1969), de Santiago Álvarez, que se apartó de los tópicos del obituario, prescindió del narrador en over y se decantó por un acercamiento que hoy encontraríamos cercano al videoclip. El cineasta cubano se apropió para ello de “In-a-Gadda-da-Vida”, del grupo de rock psicodélico Iron Butterfly. 

Salvando las distancias, Hết también evita los lugares comunes del film de propaganda y del documental sobre figuras históricas para dar otra imagen. Al comienzo, un aparente paralelismo entre lo que un narrador expresa en intertítulos y las imágenes de archivo le dan a ese fragmento un aspecto de noticiero o corto propagandístico. Sin embargo, los textos se refieren a una “casa” que “frecuentó” Ho Chi Minh en Milán, y lo que vemos no parece corresponderse con eso. La película comienza así con un llamado a la desconfianza en las imágenes, como diríamos citando al cineasta y ensayista Harun Farocki, y a que el espectador preste mucha tención a los detalles. 

Entra en juego también en el estilo de esta película el tópico contemporáneo de la fragmentación. Hết se caracteriza por una tensión entre la desfamiliarización que esto puede causar y los diversos recursos con los que intenta lo contrario, como establecer conexiones entre el personaje histórico y la vida del cineasta, en lo que sigue la vertiente del cine en primera persona. Construye además paralelismos entre el presente y el pasado, entre Italia, y por extensión la Argentina, y el lejano Vietnam. La selección de fragmentos de películas vietnamitas parece buscar la identificación por el predominio en ellos de escenas melodramáticas. 

Más adelante se repetirá el citado texto de los intertítulo sobre la “casa” en la voz del cineasta, que apenas interviene en la banda sonora. Por referencia a lo escuchado antes, en un testimonio grabado de Ho Chi Minh, lo que dice Santiago Torresagasti es revelador de una coincidencia entre su experiencia de vida, como inmigrante en Italia, y la juventud del revolucionario, cuando era asistente sometido a una explotación casi esclavista en una cocina francesa. El líder vietnamita habla allí del esfuerzo con el que siguió formándose intelectualmente en esa situación tan dura, algo con lo que muchos inmigrantes nos identificamos. 

Recuerdo pocos planos de acción militar en esta película y apenas uno, muy breve, del líder político subido al techo de un auto en medio de una multitud. El corto también nos muestra la versión momificada de la memoria de Ho Chi Minh, en un mausoleo análogo al de Lenin en Moscú. Lo vemos en un gran plano general que incluye otro elemento distanciador, la presencia de turistas que lo usan como fondo para una foto de grupo. Se relata también una visita a la que parece una casa-museo y en otra parte vemos imágenes de Ho Chi Minh y otros próceres revolucionarios, aunque el corto prescinde de explicaciones sobre el Vietnam de la actualidad.


Otros planos, registrados de un modo que hacen patente la presencia del cineasta tras la cámara, plantean más interrogaciones acerca de lo que vemos. De las imágenes confusas del comienzo, en las que identificamos trabajadores, el montaje nos lleva a un terreno aparentemente baldío, en una calle del Vietnam de hoy, donde unas personas parecen fijar una cerca con alambre de púas, aunque lo que hacen no está claro. ¿Son ocupas que se proponen establecerse allí?, ¿trabajan también para un propietario, en este caso en un sistema socialista? 

Hay un intento de acercamiento del cineasta fuera de campo a unos chicos que juegan fútbol en una calle, en Vietnam, haciendo lo que quizás esperarían de alguien del país de Lionel Messi: que muestre destreza con la pelota. Pero después la mirada del corto se distancia de los que hacen deporte, en un paneo en gran plano general que deja de lado a otro grupo. 

Todo esto se enmarca claramente en el impulso de subjetividad del cine contemporáneo, que lleva al cineasta que trabaja con el Archivo Audiovisual del Movimiento Obrero y Democrático a hacer una película que, con el juego de las tensiones entre eso y la desfamiliarización, nos muestra su Ho Chi Minh, su Vietnam. Simpatizo con esta mirada que se acerca y se aleja del lugar, buscando la coherencia con la experiencia de un viajero que encuentra cosas comunes y diferencias, y la de un migrante o errante cuya vida comprende una diversidad de facetas. 

Pero aprecio también la lucidez cándida con la que el cineasta da cuenta de cómo se ha diluido la memoria de la lucha del pueblo heroico que derrotó a los Estados Unidos, movido por la esperanza de construir una sociedad diferente, al que vemos hacer películas en plena guerra, correr por el campo de batalla. La universalidad de los sentimientos melodramáticos tiene como correlato el desarrollo que demuestran hoy los autos y las motos. ¿Adónde has ido, tío Ho?, ¿dónde está tu Vietnam? son preguntas que me llevan de vuelta al final experimental de 79 primaveras y a la inquietud premonitoria de Santiago Álvarez por el destino del campo socialista.

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