Juan

Por Oriana Silva Palacios 

“Había una vez un hombre que sabía como burlar el tiempo, que era capaz de dar vida a las cosas inertes que parecían muertas (...) A ese hombre yo lo conocí, pero no lo recuerdo. Muchos otros lo han olvidado por completo. El tuvo un nombre, su nombre fue Juan”. 

Fragmento de la voice over de Juan (2019), de Adrián Geyer. 

Juan (Venezuela, 2019) es la opera prima en el largometraje de Adrián Geyer, director y productor de dos premiadas películas venezolanas (Tisure, 2015; Jezabel, 2000). La coescribió con Leandro Arvelo. Ellos junto a un grupo de cineastas venezolanos desarrollan el Proyecto JFS, propuesta transmedia que hasta la fecha ha realizado el cortometraje Tisure; la exposición MUSAS, presentada en la ciudad de Caracas en el centro de Arte Los Galpones en el año 2014, y Juan. La película, constituye la tercera pieza de este proyecto que rinde homenaje a la memoria del artista y cuentista popular merideño Juan Félix Sánchez (San Rafael de Mucuchíes, Mérida, Venezuela 16 de mayo de 1900 - 18 de abril de 1997).


Juan Félix Sánchez nació en el páramo venezolano. Su arte abarcó el tejido, la construcción de telares, la talla y la escultura en madera, así como al diseño y construcción de las conocidas iglesias hechas con piedra ubicadas en San Rafael de Mucuchíes y en El Potrero. Este último lugar está a tres mil metros de altura. Es una zona remota y montañosa donde construyó su enclave creativo, lejos de la ciudad. Fue reconocido con el Premio Nacional de Cultura Popular Aquiles Nazoa en 1986 y el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1989. Se caracterizó por no comercializar sus creaciones, y ser fiel a la consecución de su obra y legado en El Potrero.

“Para llegar a casa de Juan Félix Sánchez en El Potrero, lo ideal es contratar un arriero en San Rafael de Mucuchíes con una mula para el equipaje y una mula para cada persona. (…) Hay que considerar un recorrido de aproximadamente 16,5 km, saliendo desde San Rafael de Mucuchíes a 3.200 mts de altura (considerado el pueblo más alto de Venezuela). Emprendiendo la subida al páramo, hay que cruzar una cordillera de hasta 4.160 mts de altura (La Ventana), para luego arribar a la casa de Juan Félix Sánchez a 3.240 mts, en el valle de El Potrero. En promedio son 7-8 horas de camino".

Alcione Guerrero, Bitácora de rodaje de Juan de Adrián Geyer 2014).


El Proyecto JFS les ha permitido a este grupo de cineastas “explorar formas expresivas en el mundo audiovisual a través del personaje de Juan Félix Sánchez”. Surgió como camino para darle respuestas a la desmemoria personal de Adrián Geyer y a la preocupación de su padre, Siegfried Geyer, por el estado en el que se encontraba en el año 2014 el complejo arquitectónico de El Potrero. 

“Mi papá quería saber qué había pasado con Juan Félix y el Tisure, ¿cómo estaría todo aquello?, y un poco ver qué podía aportar a la situación actual. Yo le dije que desde lo que sé hacer ‒cine‒ podía ir e investigar, documentar lo que queda de Juan Félix Sánchez, tanto físicamente, en sus obras, como en los recuerdos de las personas que fueron cercanas a él… y de algún modo cerrar el ciclo que comenzó mi padre. No sé bien para qué usaré este material, sólo sé que será una gran experiencia”. 

Bitácora de rodaje.

Juan no es la primera obra cinematográfica que se desarrolla sobre al artista y sus creaciones. Antes, otros directores, como Calogero Salvo (Juan Félix Sánchez, 1982), Andrés Agustí (Tisure, 1986), Eduardo Planchart (El gigante del Tisure, 1988), Henry Páez (El señor de los páramos, 1989) y Edgar González con una obra documental póstuma (Juan Félix Sánchez en el silencio, 1997) lo habían abordado. Sin embargo, Juan es el primer largometraje documental.


Se rodó después del fallecimiento del artista, hace 27 años, y el director, más allá de construir un relato narrado en primera persona por Juan Félix Sánchez, como en los trabajos anteriores, establece una narrativa conducida por él y dirigida a las nuevas generaciones. Desarrolla un recorrido que lo vincula en algunos momentos de su vida con este personaje. Para ello recurre a la entrevista de los miembros del Grupo Cinco, que dio a conocer a Juan Félix Sánchez y del cual formó parte su padre. También a la memoria videográfica y fotográfica de aquellos encuentros en El Potrero.

“Es quizás el recuerdo más grande que hay en la vida de mis padres. Él es parte responsable de lo que soy y aun así no lo puedo recordar" (…) ¿Por qué ahora me importa algo que siempre estuvo allí? (…) Mis padres con un grupo de amigos habían emprendido un viaje hacia un territorio desconocido, atraídos por lo distinto, por lo nuevo, por lo mágico”.

Fragmento de la voice over de Juan.

El Grupo Cinco estuvo conformado por Dennis Schmeichler, quien en 1978 viajó por primera vez a El Potrero, después de conocer a Juan Félix Sánchez en la exposición Textiles de Mérida; Alberto Arvelo Ramos, escritor; Nereus Bell y Jerry Joyner, diseñadores, y Siegfried Geyer, fotógrafo. Son descritos en el documental como “un grupo de curiosos y amantes de las cosas bellas”. Después de alrededor de 20 viajes a El Potrero en el transcurso de dos años, dieron a conocer a Venezuela y el mundo al artista y su obra. Desarrollaron y publicaron el primer libro sobre él en Caracas, en 1982.

Juan Félix Sánchez, en palabras de Adrián Geyer, divide en dos la historia del arte contemporáneo de Venezuela. En 1982, por primera vez el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas exhibió en todos sus espacios a un artista popular desconocido como él, siendo esta una institución vanguardista en la curaduría y las exposiciones de arte de América Latina en aquella época.

Treinta y seis años después de sus padres, Geyer dirigió a pie, a caballo y en mula a un grupo de jóvenes cineastas venezolanos que respondieron a su llamado para revivir el recuerdo de Juan Félix Sánchez. Su preocupación por la desmemoria colectiva y por el desconocimiento de este artista entre las nuevas generaciones lo llevó a conformar un equipo sin tener claro cuál sería el resultado de la investigación que inició en 2014.


“Adrián ha escogido un grupo de siete personas para acompañarle en este viaje. Lo ha hecho de una manera intuitiva y orgánica, sensible a mi manera de ver. (…) Leandro Arvelo cumplirá las funciones de Asistente de Dirección, Daniel Isaac y Raúl Bastidas estarán a cargo de la Producción, Jesús Ayala será el Director de Fotografía, Maxi Montaño la Asistente de Fotografía y Media Manager. Nirvana Guerra estará a cargo del sonido, y yo, Alcione Guerrero, con la labor de dejar un registro escrito de esta experiencia”. 

Bitácora de rodaje.

Geyer usa como recurso narrativo la búsqueda de salvación divina que Juan Félix Sánchez termina encontrando en El Tisure, comparándola con su búsqueda personal. En ese sentido, relata: "Yo voy a revivir un fragmento de la vida de mis padres y construir el mío propio". Con la excusa de su desmemoria, nos habla del artista. Lo conoció de la mano de sus padres cuando era niño. Sin embargo, no conserva ningún recuerdo de él.


Juan es un largometraje documental que expone visualmente la majestuosidad del páramo venezolano, con asombrosos time lapses, amaneceres y atardeceres cautivadores, planos detalle de la flora y la fauna andina. Expone la complejidad del recorrido a caballo y en mula de sus realizadores desde San Rafael de Mucuchíes hasta el complejo arquitectónico que Juan Félix Sánchez construyó en El Potrero, el cual se muestra visualmente en toda su dimensión, abandono y descuido.

El recorrido visual de la obra usa como recursos la memoria fotográfica registrada por El Grupo Cinco y el álbum de fotografías familiares de los Geyer-Peña. Contiene fragmentos de la primera entrevista registrada en video a Juan Félix Sánchez, realizada por Siegfried Geyer y Dennis Schmeichler, y fragmentos del documental de Calogero Salvo.

“Tisure parece diseñado por seres de otro planeta”. 

Fragmento de la voice over de Juan.

Adrián Geyer es el narrador en voice over. Su voz va dotando de significados y respuestas a su angustia por la desmemoria colectiva y propia, y a su vez prescinde de su presencia protagónica. Tampoco usa inserts para mantener la estética de documental para cine y así darle protagonismo al personaje.

La película abarca con una narrativa poética lugares poco conocidos de la vida del artista. Fue un hombre vinculado a quehaceres terrenales como la administración de la justicia en San Rafael de Mucuchíes, descrito por varios como el dandy del pueblo, atrapado en una época por las llamadas “oscuridades de lo obsceno”, para luego dedicar su vida y salvación a lo divino. Compartió durante 65 años con quien fue su compañera y mejor amiga, Epifanía Gil, y fue padre de unos cuantos hijos no reconocidos, entrevistados en este documental. Ellos describen a su padre desde la lejanía, desde lo que sus madres les dijeron. Tampoco contaron con la herencia de su obra.


En el documental son entrevistados amigos, conocidos, admiradores, hijos y familiares de Juan Félix Sánchez. Todo está perfectamente armado y musicalizado para dejar en la memoria de los que hemos tenido a oportunidad de ver el documental lo frágil que puede ser el recuerdo y lo majestuoso que es ponerse en marcha para buscar lo que se cree que está perdido en algún lugar. Esta película de 70 minutos es una oda a la belleza, muestra la capacidad del cine de construir los caminos y los recuerdos que la memoria no. 

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