Colosal

Por Mariana Martínez Bonilla

Colosal (2025), la más reciente obra de la cineasta dominicana Nayibe Tavares, tuvo su estreno en la Berlinale 2025 y formó parte de la selección oficial del 47° festival internacional de cine documental Cinéma du Réel. La película se presenta como un ejercicio audaz y profundamente personal dentro del cine experimental contemporáneo, al mismo tiempo que recupera un tropo característico en las cinematografías de nuestra región: el archivo. En un texto sobre La memoria de las mariposas publicado recientemente en Los experimentos dimos cuenta de que el rescate y remontaje de materiales de archivo es una constante en el cine en Latinoamérica, sobre todo en relación con las narrativas personales y autobiográficas de nuestras y nuestros creadoras y creadores.

Hay en esta película un viaje introspectivo que entrelaza la historia familiar de la directora con los turbulentos eventos políticos de la República Dominicana durante el fraude que tuvo lugar en el período en el que Froilán Tavares, su abuelo, fue presidente de la Junta Central Electoral del país caribeño (1987-1990). Nayibe Tavares utiliza un lenguaje cinematográfico fragmentado y evocador, en el que los archivos personales y políticos se funden en un mosaico de memorias y reflexiones. A lo largo de los 76 minutos de duración de este ejercicio no ficcional, la directora no se limita a narrar, sino que invita al espectador a participar en un proceso de descubrimiento, donde las imágenes y los sonidos se convierten en pistas de un rompecabezas que no llega a completarse.


Tavares combina grabaciones familiares, fotografías y documentos históricos para crear un diálogo entre lo íntimo y lo histórico. Esto permite que la película se convierta en una reflexión sobre la memoria colectiva y el impacto de la política en la vida cotidiana. Por ello, como decíamos unas líneas más arriba, la estructura narrativa del filme es deliberadamente fragmentada. La cineasta opta por una forma estética y una retórica más cercanas a la ensayística audiovisual, uno de cuyos máximos representantes latinoamericanos es João Moreira Salles, pero añadiéndole una capa de signos más cercana a lo “documental”, al usar entrevistas, grabaciones sonoras y secuencias grabadas por ella durante su desempeño como observadora electoral en el conteo de votos en las elecciones del 2020.

Al romper con la linealidad, la directora invita al espectador a cuestionar la naturaleza de la memoria y la historia, y a construir su propia interpretación de los eventos. Siguiendo la lógica del pensamiento con imágenes, éstas se suceden sin una lógica lineal, creando una atmósfera en la que cualquier certeza o significación unívoca cede su lugar a la incertidumbre y la reflexión crítica sobre el pasado electoral dominicano, pero también sobre las relaciones filiales en la familia Tavares.

La realizadora no se limita a mencionar los eventos históricos, sino que los utiliza como un espejo para reflexionar sobre el presente. La película plantea preguntas incómodas sobre el poder, la corrupción y la impunidad, temas que resuenan con la actualidad política de muchos países en el Sur global. Y, ante ello, Tavares no ofrece respuestas fáciles, sino que prefiere dejar que las preguntas resuenen, invitándonos a la reflexión y al debate. Sobre todo porque decide desnudar su historia familiar para mostrar sus lugares más vulnerables, que son, también los más políticamente complejos. Los tabúes y los secretos de su familia, definidos por la propia directora como “verdades a medias y silencios”, se convierten en una especie de metonimia de la historia política de la República Dominicana.


Esta obra se distingue por su intrincada imbricación de la memoria personal y la historia política nacional, configurando un palimpsesto visual que desafía las convenciones narrativas tradicionales. Al reparar en la compleja relación entre su árbol genealógico (al que vemos tomar forma material a través de algunas secuencias en las que Nayibe Tavares pega fotografías y recortes sobre una pared), y la democracia (o falta de) dominicana, la directora de Colosal presenta las discontinuidades y las ausencias de la memoria colectiva, revelando así cómo el poder político moldea la percepción del pasado: la inscripción de Joaquín Balaguer como un gran intelectual y uno de los mejores presidentes en la historia dominicana, frente a la muerte de Amin Abel (tío materno de la directora), un político marxista opuesto al régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo y, posteriormente, a Balaguer.

El tratamiento de la política en Colosal se aleja así de la representación convencional. Tavares no se limita a mostrar los eventos históricos, sino que los analiza como fuerzas que se infiltran en la vida cotidiana y dejan cicatrices en la memoria individual y colectiva. Esto cobra especial relevancia en la parte central de la película, cuando su abuela paterna revela aquello que su abuelo, ante las preguntas de Nayibe, decide obliterar para dirigir la atención de ella hacia la improbable vía de la transparencia democrática y el impulso crítico de la juventud dominicana en la actualidad. La abuela de la directora, también de nombre Nayibe, le aclara a su nieta que su abuelo fue manipulado por Balaguer para participar en el fraude electoral de los 90.


Finalmente, Colosal se erige como un acto de resistencia frente al olvido y la impunidad, reafirmando el potencial del cine como herramienta para la construcción de la memoria y la transformación social. Al rescatar fragmentos de la memoria familiar y colectiva, subvierte las narrativas hegemónicas y otorga voz a los silencios de la historia, y puede interpretarse como una indagación en la naturaleza del archivo, tal como la concibe Jacques Derrida: no como un repositorio neutral de información, sino como un espacio de poder donde se ejerce la selección y la exclusión, en tanto ejercicio de arqueología fílmica, en el que las imágenes y los sonidos se superponen y se contradicen. Asimismo, este ejercicio audiovisual es un testimonio del poder del cine como herramienta para la construcción de la memoria, por la manera como Nayibe Tavares rescata del olvido historias personales y colectivas para cuestionar las narrativas oficiales.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mitopoiesis de Tenochtitlán: ¡Aoquic iez in Mexico! / ¡Ya México no existirá más!

Punku

Pepe y El auge del humano 3