Producción “industrial” y “artesanal” en el cine: una propuesta de caracterización con referencia a Argentina


Por Pablo Gamba 

Aclarar el sentido de expresiones como “cine industrial” y la que ha comenzado a usarse con frecuencia en el marco de la contemporaneidad, “cine artesanal”, es una tarea pendiente para la crítica. En Argentina, José A. Borello, Carolina Barnes y Adrián Pérez Llahi (2014), y Leandro González, en un trabajo con Borello (2012), han investigado los agentes que participan en la producción, y las relaciones entre ellos, el Estado y otras instituciones. Aquí le doy un giro a esta perspectiva. En vez de buscar información sobre las empresas productoras, como hicieron ellos, recurro a datos accesibles sobre las películas producidas, considerando lo que trabajaron ellos un aspecto más de la cuestión. La pregunta que me planteo sobre la “industria” y la “artesanía” en el cine no se refiere, por tanto, principalmente a las características de los productores sino a la manera como se hacen las películas, cómo son las modalidades de producción. 

Esto deja de lado aquí los medios técnicos. Ese es el tema de otra investigación que queda por hacer, cuando haya recursos para ello. 

Parto de establecer criterios de definición hipotética de producción “industrial” y “artesanal”, con el fin de confrontarlos con la información de las películas. Una primera característica se refiere a la señalada naturaleza de los productores: si son empresas, lo que sería propio de lo “industrial”, o personas físicas, de lo “artesanal”. Entre las empresas establezco, además, una gradación de mayor a menor “industrialidad”, que va de lo trasnacional a lo individual, de las empresas extranjeras que producen cine en Argentina a las que solo hacen películas de un director, actor o grupo de realizadores y que, por su estrecha relación con ellos, podrían ser consideradas como una extensión del esfuerzo propio y, por tanto, producción “artesanal”. 

Diversos productores pueden intervenir en la creación de la misma película, de lo que se desprende otra característica: capacidad de coproducción. Parto entonces de la hipótesis de que la “industrialidad” comprende la habilidad de establecer estas asociaciones. Por tanto, la participación de empresas coproductoras nacionales y extranjeras es un valor creciente de “industrialidad”, mientras que no coproducir, o coproducir con personas físicas o con empresas de producción vinculada a determinado cineasta, como las arriba señaladas, sería indicador de una variable “artesanalidad”. 

Creo que “industria” es un concepto que se puede asociar también a producción continua. Por tanto, la mayor cantidad de películas producidas la considero hipotéticamente característica de la “industrialidad” y la menor de la “artesanalidad”. Finalmente, parto de la base de que el llamado “Hollywood” sigue siendo el paradigma de cómo se trabaja industrialmente en el cine y que su producción, desde los sesenta, se organiza mediante el “sistema de equipo de conjunto”, según Bordwell, Staiger y Thompson: un productor obtiene financiamiento para un proyecto; conforma un equipo con los trabajadores necesarios, de acuerdo con los roles que define la modalidad estandarizada de producción industrial, y consigue todos los demás insumos para hacer el film, como guion, equipos e instalaciones. 


La reina del miedo (Valeria Bertuccelli y Fabiania Tiscornia, 2018)

Siguiendo ese texto y el carácter paradigmático de Hollywood, consideré entonces las diversidad de categorías laborales, y la división de funciones correlativa, como características de la “industria”, mientras que la concentración de funciones en las mismas personas serían propias del cine “artesanal”. A partir de eso investigué la división del trabajo en los filmes. 

Este artículo, en síntesis, se propone describir las modalidades “industrial” y “artesanal” actuales de producción de cine en un país de América Latina, Argentina, con base en las variables de películas producidas, naturaleza de los productores, capacidad de coproducción y división del trabajo. Las fuentes consultadas para obtener la información sobre las películas fueron el Anuario INCAA 2018, el más reciente cuando hice la investigación, en el marco de mis estudios de maestría, y los catálogos del cine argentino del organismo de 2019, 2018, 2017 y 2016. También consulté Internet Movie Data Base (IMdB), base de datos mantenida mediante un sistema wiki y que es referencia internacional; la página web de información de la industria Cinando; los sitios en Internet de las empresas, y otras fuentes de la web. Restringí la muestra a los estrenos nacionales en Argentina en 2018, puesto que hice el trabajo en 2019. 

La producción “industrial” 

La cantidad de películas nacionales estrenadas por productor en 2018 en Argentina permite distinguir claramente una producción “industrial”, siguiendo este criterio. Es la que corresponde a los 23 productores que fueron parte de la realización de entre 3 y 8 películas estrenadas en el año, para un total de 57, comprendiendo producción y coproducción. Esto representa el 7,5 % de los 304 productores identificados y el 24 % de los 237 estrenos nacionales (en el anuario del INCAA de 2018 se indica que son 238, pero es porque se repite por error Las olas). Los otros 280 productores (92,5 %) no alcanzaron esta cantidad de estrenos. 

La cifra mínima de 3 o más estrenos nacionales en el año, como criterio de distinción de lo “industrial” por la cantidad de producción, tiene como correlato el hecho de que esta lista de productores está integrada presumiblemente por empresas con una sola posible excepción. Es Cindy Teperman, quien en el catálogo Cine argentino 2019 del INCAA figura como empresa entre los productores de Perdida (Cindy Teperman Films) y como persona física, identificada como “compañía productora”, en calidad de productor asociado de El amor menos pensado y productora de El Potro y Las grietas de Jara. Ninguna otra persona figura como productora de más de 1 película. Los criterios de cantidad de producción y naturaleza del productor se respaldan mutuamente, entonces, en 22 de 23 casos (95,6 %). 

La cantidad de estrenos también llama a incluir en la “industria” nacional a las empresas extranjeras que coprodujeron al menos 3 películas argentinas estrenadas en 2018 en el país. Son 6, lo que representa 26 % de las productoras de este tipo. Es un dato que revela que la “industria” del cine nacional argentino es en realidad trasnacional en cierta medida. La presencia entre las productoras de la “industria” del canal de televisión nacional Telefe y de la empresa de difusión por satélite Directv es indicativa, además, de la integración del cine nacional argentino con la industria de los medios de comunicación del país y trasnacionales. 

Pasando a la capacidad de coproducción, está igualmente en consonancia con lo que hemos avanzado en la caracterización de lo “industrial”. Un total de 50 de las 57 películas en las que participaron los 23 productores de la “industria” fueron coproducciones (87,7 %). De las 50, 22 (44 %) fueron de varias empresas nacionales con por lo menos una empresa extranjera, lo que permite atribuirles el grado máximo de “industrialidad” por lo que a la capacidad de coproducción respecta. En los casos de las coproducciones de una sola empresa nacional con una o más empresas extranjeras, 6 en total, la mitad fueron películas en las que presumo que la participación fue mayoritariamente del exterior, por lo que se desprende de la información recabada. Hubo 22 coproducciones de empresas nacionales (38,5 %). 


Rojo (Benjamín Naishtat, 2018)

En cuanto a la división del trabajo, lo más característico de la producción “industrial” argentina estrenada en el país en 2018 fue la concentración de las funciones de director y guionista en la misma persona física, en 24 películas. Le siguen en cantidad los filmes en los que las mismas personas asumieron, además, tareas de producción, 17. Si se les añade 1 caso en la que el director fue también productor de film, llegan a 79,2 % de las 53 películas de las que se consiguió toda esta información. La separación total de las funciones señaladas se encontró, en cambio, en 5 películas (9,4 %). 

Refutando mi hipótesis para definirla, lo característico de la “industria” argentina es la concentración de las funciones de director, guionista y/o productor, por lo que respecta a la división del trabajo, según la muestra. 

La producción “artesanal” 

Pude identificar en la muestra 22 películas como producción exclusiva de personas físicas, 9,2 % del total. El grado máximo de “artesanalidad”, por lo que respecta a la naturaleza del productor, coincide, además, con la cantidad de producción: ninguna hizo más de 1 película. 

Otras personas físicas figuran entre las “compañías productoras” de 11 películas junto con empresas o instituciones. Hay entre ellas 3 coproducciones de empresas nacionales y extranjeras. En total, representan 4,6 % de la muestra. Si se las sumara a las películas hechas por personas físicas sin coproducción, las películas “artesanales” llegarían a 33 (13,9 %). 

Pero 45,4 % de los coproductores de esas 11 películas fueron considerados parte de la “industria”, por lo que se trataría realmente de producción “industrial”. La ausencia de coproductor se perfila también claramente como definitoria, por tanto, de lo “artesanal” porque se vio que 66,6 % de las películas producidas por personas físicas tienen esta característica. 

Pasando a la división del trabajo, en las 22 películas producidas por personas físicas, sin coproductores, la concentración en las mismas personas de las funciones de director, guionista, director de fotografía, productor, “compañía productora” y/o director de fotografía se da en 16 de los 17 casos de los que conseguí toda la información (94 %). Esto es indicativo de que la concentración es también definitoria de lo “artesanal”. 

Por lo que respecta a las productoras que hicieron solo películas del mismo director, actor o grupo, encontré 69, 22,7 % del total. De ellas, 67 tuvieron 1 estreno nacional en 2018 en Argentina, mientras que 2 llegaron a 2 estrenos. Esto podría llevar a aumentar la cantidad máxima de producciones caracterizadora de lo “artesanal” en el cine argentino a 2, considerando, demás, que el piso la “industria” es 3, como señalé arriba. Pero 28 de las películas producidas por estas empresas, 40,6 % del total, fueron coproducciones, por lo que, siguiendo la conclusión a la que llegué anteriormente, hay que excluirlas de la clasificación de “artesanal”, independientemente del número y naturaleza de los coproductores, incluso si fueron personas físicas. Las elegibles serían las 41 restantes (59,4 %). 


La cama (Mónica Lairana, 2018)

En cuanto al criterio de la división del trabajo, la coincidencia de las funciones de director y guionista o productor, y de director, guionista y productor, señalada como característica de la “industria” argentina, se encontró en 45 de las películas de estas empresas sobre las que pude disponer de de toda esta información. Agregando 1 en la que se encontró la división de funciones que define por sí misma lo “industrial”, el total es de 46 (69,9 %). En cambio, la concentración de funciones característica de lo “artesanal” estuvo presente en 20 películas, 30,1 %. 

En síntesis, los resultados refutaron también la hipótesis de homologar la producción de las empresas que solo realizan las películas de un director, actor o grupo de realizadores con lo “artesanal”. La presencia mayoritaria de las características de la producción “industrial” que observé, por lo que respecta a la división del trabajo, indica que no deben considerarse como de producción “artesanal”, a lo que se añade al elevado porcentaje de coproducciones, que es otro argumento para descartar estas películas. 

Conclusiones 

De acuerdo con los resultados de este trabajo, las modalidades “industrial” y “artesanal” del cine argentino podrían caracterizarse de este modo: 

Producción “industrial” 
  • Los productores son empresas, incluidas empresas extranjeras Estrenan 3 o más películas al año
  • Realizan mayoritariamente coproducciones con empresas, incluidas coproducciones con empresas extranjeras 
  • La división del trabajo comprende la concentración de las funciones de director, guionista y/o productor en las mismas personas 
Producción “artesanal” 
  • Los productores son personas físicas 
  • Estrenan 1 película al año 
  • No hacen coproducciones 
  • La división del trabajo es escasa, y las funciones de director, guionista, productor, “compañía productora” y/o director de fotografía se concentran en las mismas personas 
De las caracterizaciones hechas del cine “industrial” y “artesanal” argentino surge, además, la hipótesis de un cine “semiindustrial”: 
  • Los productores son empresas, incluidas aquellas productoras que solo realizan películas del mismo director, actor o grupo de cineastas 
  • Estrenan entre 1 y 2 películas al año 
  • Hacen coproducciones con empresas, incluidas empresas extranjeras 
  • La división del trabajo es la característica del cine “industrial” 
Referencias 

Barnes, C., Borello, J. A. y Pérez Llahi, A. (2014). La producción cinematográfica en Argentina: Datos, formas de organización y tipos de empresas, H-industri@, año 8, n°14, primer semestre, recuperado de http://bibliotecadigital.econ.uba.ar/download/hindustria/hindustria_v8_n14_02.pdf 

Bordwell, D., Staiger J. y Thompson, K. (1997). El cine clásico de Hollywood. Estilo cinematográfico y modo de producción hasta 1960. Barcelona-Buenos Aires: Paidós. 

Borello, J. A. y González, L. (2012). Características de la producción audiovisual en la Argentina: resultados de una encuesta reciente a productoras, Imagofagia, n.° 6, recuperado de http://www.asaeca.org/imagofagia/index.php/imagofagia/article/view/285

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